Me encanta investigar todo lo relacionado con mi profesión, siempre me ha interesado saber el origen y entender su evolución. Quiero estrenar el blog con este artículo, refleja la evolución del baile como actividad social en la capital desde finales del siglo XIX. No olvidarlo es quizá la parte más importante de lo que hoy me hace ser profesor de baile, pues en parte es una vivencia propia.

Investigando los orígenes del baile en Madrid.

Imagen de una postal, en la que se aprecia una verbena popular en Madrid

Más que orígenes, expongo a continuación, la historia que he podido investigar y contrastar; de otro modo, tendríamos que remontarnos a épocas muy lejanas y sin mucha información. Únicamente retazos en música popular de la época, que cuentan sucesos e historias de los bailes sociales y verbenas que abundaban por todo Madrid. Como bien relata Javier Barreiro, en su artículo El Madrid nocturno de finales del siglo XIX

En 1890 en el Liceo Ríus, antiguo Teatro Madrileño, situado en el 68 de C/ Atocha, se celebraban bailes de máscaras.

En las afueras, con el buen tiempo, abundaban los espacios de baile más heterodoxos, como por ejemplo el Eliseo Madrileño, lugar predilecto de las clases modestas (modistillas, dependientes de comercio, etc.), que tenía espectáculos teatrales, salón de baile, restaurante, café, etc. como describe el famoso chotis de La Gran Vía de 1886.

Baile de disfraces en el Teatro Real - 1900
Baile de disfraces en el Teatro Real – 1900

Elíseo. Yo soy un baile de criadas
y de horteras.
A mí me buscan las cocineras;
a mis salones se disputan por venir
lo más selecto de la igilí.


Coro. ¡Gilí!

Elíseo. Allí no hay broncas
y el lenguaje es superfino,
aunque se bebe bastante vino.
Y en cuanto al traje que se exige en sociedad,
de cualquier modo se puede entrar.
Hay pollo que cuando bailando va
enseña la camisa por detrás,
y hay cocinera que entra en el salón,
llenos los guantes de carbón.


Coro. ¡Carbón!

Elíseo. Se baila la habanera, polka y vals,
sin discrepar en tanto así el compás;
y al dar las vueltas con gran rapidez,
¡válgame Dios lo que se vé!


Coro. ¡Olé!

Elíseo. ¡Qué placer es bailar
y mover el cuerpo así,
y poder apreciar
la melodía del schotís!

De bailar por todo Madrid hasta casi desaparecer.

En mis años como profesor de baile en Madrid y con la curiosidad que me caracteriza, siempre que oía. “Es que yo bailaba lo de antes, el agarrao y algo de rock and roll”, preguntaba todos los detalles.

El agarrao - Bailes españoles
Imagen de postal

Los fines de semana acudían al baile “vestidos de domingo”, los hombres se situaban en un lado y las mujeres al otro y comenzaba una parte del “cortejo”.

Sucedía lo siguiente: el hombre miraba a la mujer con la que quería bailar, si ella estaba interesada le devolvía la mirada y aceptaba discretamente, si no, el hombre se encontraba con una total indiferencia.

En caso de que fuera de su agrado respondía con una sonrisa y demás gestos de aprobación. El hombre entonces, se acercaba a la mujer para invitarla a bailar: algo parecido a lo que hoy podría ocurrir en las milongas (Tango Argentino) más ortodoxas.

El punto más curioso de todo esto, es que en los bailes, se encontraban unas personas que, a modo de “carabinas”(Vigilantes), si observaban un acercamiento entre la pareja, se aproximaban y (tocando el hombro del hombre) le instaban a mantener más distancia, evidentemente esto sucedía en los años 30 o 40 donde se llegaría a prohibir bailar con contacto en público. 

En una orden del gobierno, enviada a los ayuntamientos, se subrayaba que los bailes públicos “no han de dar jamás lugar a actitudes ni escenas inconvenientes e incorrectas”. Alertaba además, que «se debía castigar con toda energía su incumplimiento», dado que esas acciones no debían formar parte de la “moralidad y costumbres públicas”

El baile en pareja inició su declive y fue casi desapareciendo, se mantendría en la clandestinidad para reaparecer tímidamente al final de la dictadura.

Imagen del Guateque, popular fiesta entre jóvenes en los años 60-70 en Madrid
«El guateque»

A finales de los 60 se popularizo «el guateque», habitualmente era una fiesta organizada entre amigos en los patios o en las casas. Se bailaba suelto y únicamente lo hacían en pareja, cuando sonaban «los lentos» normalmente baladas o boleros.

Ya no existían las carabinas oficiales, pero también sucedía algo curioso, la mujer controlaba cuanto permitían que se acercara el hombre con los codos.

Gran resurgimiento del baile en Madrid

Skip Martinsen, Bailarín americano.
Skip Martinsen

A finales de los 70 comienza un gran resurgimiento de los bailes en pareja en Madrid, uno de los pioneros fue el mítico Skip Martinsen, o Skippy aunque su verdadero nombre era Ronald, bailarín americano llegado a Madrid en esa época, invitado por Spiker (Jesús Pérez Acebrón) para impartir clases, a modo de actividad universitaria en el Colegio Mayor Chaminade.

Poco tiempo después y con el éxito de la iniciativa, se organizaron las primeras grandes fiestas de Bailes de Salón en la sala Universal de Manuel Becerra y posteriormente en el Circulo de Bellas Artes.

En 1986 Arsenio Escolar en su artículo Locos por el baile para El País relata, una noche de baile en la sala universal.

A finales de los 80, con este resurgimiento del baile llegaron a Madrid muy diferentes profesionales especializados.

Toni Escartín de Logroño, bailarín polifacético y un gran profesional, fue de los primeros en traer a Madrid la salsa Americana.

Nacho Moreno, quien organizó el grupo Looping Rock y nos hacía mantener la respiración con su rock and roll acrobático en cada representación. 

La gran pareja hoy disuelta Marcelo y Marcela, con su tango contemporáneo o los más clásicos que aún se mantienen. Gerardo “El Indio”, Leo y Eugenia, Pablo y Beatriz y Nélida y Jorge. Nos enseñaron a caminar el tango, organizaron las primeras milongas y el magnífico Encuentro con los Grandes.

Todo esto, sumado a una lista bastante amplia de profesores cubanos que nos enseñaron a bailar la salsa cubana y rueda de casino.

A principio de los 90, el baile de salón estaba en auge

Cada año crecía el número de personas que se divertían practicando los bailes de salón y aunque desaparecieron varias salas, se presentaron muchas nuevas. Entre todas ellas destacaría Empire, But Madrid, Cha 3 y Palacio de Gaviria (Sí, sí, era un espectáculo poder bailar en sus salones).

Imagen del Palacio de Gaviria
Palacio de Gaviria

En sus inicios, contaban con un gran elenco de relaciones públicas, también conocidos como “boys” (Independientemente del sexo) o más correctamente “Taxi Boys” ya que, podías bailar con ellos a cambio de 1 ticket por baile, lo que dio lugar a muchas situaciones graciosas.

El boom del baile fue tremendo, se bailaba en todo Madrid, toda la semana, todos los estilos. Había grandes salas, muchísima calidad de baile y gente divirtiéndose sanamente mientras bailaban todos con todos. Por suerte pude vivirlo y aunque cambiaba muy rápidamente, puedo poner como ejemplo de la que fue mi ruta semanal, por bastante tiempo.

Iniciaba en Ozona (Salsa Cubana) ¡Cada jueves nos sorprendían con una fiesta diferente! Continuaba el viernes en “La Sala” en Alcobendas (Bailes de Salón), la primera sala de baile que conocí, con un grupo de amigos maravillosos. El sábado era indispensable acudir a But (Tenia la tarjeta negra, entraba sin esperar y sin pagar, en plan VIP) un salón de baile espectacular, con el mejor grupo de RRPP. El domingo doblete: por la mañana, La Estación de Chamartín, donde disfrutabas con los bailes de salón y los turistas asiáticos te inmortalizaban como recuerdo de sus vacaciones; por la tarde repetía en “La Sala” donde todos, aprendíamos de todos y hacíamos unas ruedas cubanas geniales.

El Baile Deportivo

En 1990 se crea la AEBDC (Asociación Española de Baile Deportivo y de Competición) en Barcelona y un año después consigue su inclusión en la IDSF (International Dance Sport Federation) con sede en suiza.

El Baile Deportivo no se comenzaría a difundir en Madrid hasta finales de los 90 e instructores de esta disciplina empezaron a entrenar a los primeros alumnos para las competiciones oficiales.

Imagen de baile Deportivo

Los que ya nos dedicábamos a la enseñanza, nos sentimos atraídos por toda la técnica y estructura que nos hacía falta, era una oportunidad para seguir formándonos y aportar lo mejor a nuestros alumnos.

Todos comenzamos a incluir en nuestras clases, coreografías de Rumba bolero, Cha-Cha, Samba y Fox-Trot, sabíamos que limitaban la improvisación, aunque se compensaba con toda la técnica de baile que finalmente podíamos explicar.

Desde mi punto de vista, aquí empezó el declive del baile de salón. No se supo mantener la diferencia entre enseñar a bailar para poder disfrutar del baile social por diversión, salud y ocio y enseñar a bailar para competir. “Eso no se puede bailar en una sala” decían muchos, “Si no te sabes la coreografía, eso no lo puedes hacer”; Mucha gente dejó de bailar o, como yo, se dedicó a bailar únicamente los estilos y ritmos de su preferencia.

El éxito de la Salsa

El éxito de la Salsa, en ese momento, atrajo a la mayoría hacía los ritmos Latinos, como bien relata Raúl Sánchez en su artículo historia de la salsa en Madrid, el resto se dividieron entre amantes del Tango y apasionados del rock & roll, estos, se decantaron por el Lindy hop que empezaba a tener sus primeros seguidores de la mano de Ana y Juanjo.  

Imagen de las Estrellas de la Fania. con mucho éxito en los 80-90
Las estrellas de la Fania

En los siguientes años la salsa, aderezada con bachata, merengue y chachacha eclipsó al resto de ritmos, abrieron muchísimas salas de salsa, salsodromos y salsotecas, se realizaban congresos y fiestas salseras por toda España con una altísima calidad.

Posteriormente llegaron nuevos estilos de salsa, nuevas formas de bailar Bachata, cambios y evoluciones que es nos han llevado hasta el SBK (Salsa, Bachata, Kizomba) que se comercializa en la actualidad.

Y hasta aquí puedo escribir…

En 2001 dejé Madrid y desconozco la situación actual del Baile de Salón en la capital, pero me tienes en Alicante enseñando todos los estilos de baile en pareja con calidad y si quieres superarte te recomiendo el Claqué.

Al baile de salón hoy se le ha puesto el nombre de “Social”. Esto termina confundiendo a muchos que se animan a empezar, ya que, a quién que no quiere competir le ofrecen la enseñanza de las mismas coreografías, pero menos exigentes, y, para hacerlo más atractivo y por demanda, incluyen SBK sin ahondar en la técnica, ni explicar los detalles, enseñando siempre coreografías.

Imagen del baile Deportivo Social

En las pocas salas donde se practica esta variante de baile deportivo social (Deportivo suave) puedes ver a todo el mundo realizar una secuencia de pasos, donde todos los alumnos de la misma escuela bailan igual y no pueden bailar con otros porque no se saben la coreografía; donde la armonía y el compás brillan por su ausencia, apenas se perciben diferencias entre una salsa y un vals (cuando suena) y donde, si ocurre algo parecido a la improvisación, es por casualidad.

Por mi parte, prefiero bailar y enseñar a bailar, para ser más feliz, mejorar las capacidades psicomotrices y cognitivas, expresar con libertad y únicamente competir con uno mismo para mejorar, mientras disfruto socializando mediante el baile.

¡¡¡Por el baile como arte, improvisación, diversión, salud y actividad socialmente sostenible!!!

Si vives en Madrid y quieres colaborar en la ampliación de este artículo, no dudes en contactar, estoy deseando leerte.

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